sábado, 28 de junio de 2014

Congelado. Como el psicópata de nuestra primera conversación. Mirando sin mirar y hablando sin decir.
Yo estoy en el otro extremo. La cuerda se ha tensado demasiado y ya no nos une ninguna materia, ninguna línea imaginaria, de esas que se enseñan en las clases de geografía al hablar sobre fronteras: "no es una línea real, chicos. No es de verdad". Nada lo es, nada lo era. El columpio ha dejado de moverse, porque ya no hay nadie divirtiéndose, gritando que alguien lo empuje, que le haga sentir adrenalina, libertad, vértigo. No es nada de eso. No eres nada de eso. 



domingo, 22 de junio de 2014

Un día, te das cuenta de que estás en medio de un punto de inflexión. Uno distinto. Importante. De esos que te miran con una ceja levantada y te indican con total seguridad que, hace tan sólo unos minutos, has dejado de ser como eras. Los límites dibujan vacíos espaciales y me preocupo de rellenarlos con sueños decentes. Bailo constantemente en un bucle de días lluviosos y soleados. La contradicción me ha hecho persona y yo la he hecho creíble.
Luego, sin cambiar de día, te enteras de que todos estos años te has estado preparando para esto. Para saltar. Para enfrentarte a lo que siempre te han dicho que da miedo. Pero no tiemblas, porque a ti nunca te ha parecido interesante lo que siempre se ha dicho. El balanceo de lo incierto lo hace más atractivo. Y por una vez, agarras la inseguridad del momento y te haces su amiga. Prefieres no saber nada. Que nadie te explique lo bien que saldrá, lo grande que va a ser y las dificultades que tendrás. Nada de eso será verdad, porque es la interpretación de la vida lo que hace la vida y ésta es la mía, con mi sentido consentido y mis vueltas de campana. No espero que lo entiendas. De hecho, no espero absolutamente nada. Acabo de hacerme mayor.

jueves, 19 de junio de 2014

Mira, ¿ves? Antes todo esto tenía dueño. Nosotros también, aunque siempre fue mentira. Estaba plagado de normas y necesitabas fingir de vez en cuando para integrarte. Necesitabas integrarte. Como lo oyes, siento tú mismo, no era suficiente.  Ahora parece imposible, ¿verdad? La sola idea de depender de algo da escalofríos. La libertad impera. La del espíritu y la de ser.
En aquellos tiempos lo que mandaba era un papel, se llamaba "dinero" y se anteponía incluso a las personas. 
Pero ahora da igual. Ahora todo eso ya da igual.

martes, 17 de junio de 2014

Es extraña la quietud después de tanto tiempo de remolinos incansables. Aterroriza tanta paz, tanto tiempo de espera, silencio transitorio que da paso a un futuro incierto que quiere ser cierto. Y confirmado. Y reencontrado.
Y ya no sé por qué tanto correr sin andar. Por qué tanto responder sin preguntar. Se me han quitado las ganas de las explicaciones. De recibirlas y de darlas. Porque me dan igual tus condiciones y las mías, y los porqués y los peros. Nunca hay marcha atrás, toda acción deja su marca y cuando hablas no hablas de un sinónimo. Y detrás de esto no hay nada, serenidad, tranquilidad, los pájaros piando a lo lejos y la brisa despeinando lo que nunca se ha peinado. Tiene que ser así. No hay vuelta atrás.

viernes, 13 de junio de 2014

Estás un poco loca tú. Los engranajes de tus sesos van demasiado rápido. Se tropiezan. No sé qué haces mirando así, eso ya lo habías visto antes, no es nada nuevo. Pero tus pestañeos son como los de la primera vez: atentos. Siempre alerta. Porque nunca nada es lo mismo. Todo cambia a la segunda mirada, en ti y en mí. Y será verdad, que lo de siempre también es nuevo...

Entendido. Te doy el visto bueno. Y las gracias, las gracias ante todo.
Ya he lanzado muchas piedras y te pediría perdón por el golpe, pero te pusiste en medio. ¿O fui a dar?
Los pensamientos me huyen, se escapan, se esconden y el bombeo de algo desconocido está asustado por la falta de confirmación. Pero yo sí. Yo te lo doy. Hacemos bien. Al final, el rey de los tuertos es el que manda. Y el guiño es para ti.

jueves, 5 de junio de 2014

Y la oscuridad y el silencio. Y la calma. Y el abrazo de la noche, que brilla, que ríe. Y un cosquilleo en el estómago, que baila y ronronea, muy cerca de mi oído, de ti, del mundo. Y palabras mágicas y libertad en las fosas nasales, que se llenan de serenidad y paz. Paz.
Y me envuelve un pensamiento y lo alejo porque ahora no. Ahora no me distraigas del mundo, que me he subido y está arrancando. Y es mío y es sólo mío. Y bailo y sonrío y me quedo mirando arriba una vez más y me acuerdo de ti y de lo cerca que estás sin haber estado. Y te añoro. Y te siento de nuevo y sales de mi pecho, como una bocanada de aire fresco. Y te quedas, siempre, arropándome por las noches. Y te recuerdo, aunque nunca te he visto. Y no quiero que te marches, aunque ya te has marchado. Y te quiero y te espero en la estrella más grande.

domingo, 1 de junio de 2014

inconexión

 A veces, confundo mi sitio con el de los demás. Doy la bienvenida a todo el que quiere estar a mi lado y no me pregunto si la cosa es mutua. Luego, me cabreo muy dignamente, más conmigo que con la presencia no deseada que no he elegido que esté en mi vida. Mi autenticidad decide darle una patada, casi sin previo aviso, porque acaba de comprender que ha vuelto a suceder.
Ahora parece que he sido yo la que ha huido de todo porque nada le hacía quedarse. La que es tan selectiva porque termina siempre como empezó. La que es una incomprendida porque nadie la entiende. Pero nada es lo que parece ser.
 Nada sale como deseas cuando no estás en el lugar que tú has elegido.