lunes, 30 de septiembre de 2013

miércoles, 25 de septiembre de 2013

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Se paraliza el tiempo y se convierte en una gran bola de plomo que pesa cincuenta millones de toneladas. Todas sobre tu estúpida cabeza. Hoy no. Hoy no volarás.
Volar es un capricho demasiado ambicioso. Un lujo que no es para ti. Hoy no. Hoy nada es para ti. 
Hoy no hay libertad, ni ilusión, ni valor. Todo lo que hoy tienes, no lo has elegido tú. No es tuyo, ni lo será nunca.
Por eso pesa.
Y duele.
Por eso los hombros caídos y la mirada perdida. 
Las vueltas de campana han sido inútiles y desastrosas. Te lo has dejado todo en el asfalto. 
Y nadie lo ve.
Y nada lo nota.

Me gustaría que lloviera, que algo rompiera la rutina de este maldito purgatorio, que los truenos rompieran con todo. Con lo que fue y lo que ha sido. Con toda la mierda que bloquea mis pulmones.
Hoy no respiro y en cambio, míralo; sigue latiendo.

lunes, 23 de septiembre de 2013

Ácratas acrílicos que se disuelven con la lluvia. Falsedad aposentada en las sienes del poder. Dime quién eres y sabré quién no serás. Demasiada purpurina adornando mentiras. Demasiado tonto diciendo que es especial.

Una de tres personas es como tú. Alardeando delante de un espejo que su fachada tiene estilo, sus palabras sentido y sus ideales dueño. Poca luz en el altillo y muchas polillas persiguiéndola. Bichos que revolotean para adueñarse de lo que tú ya te adueñaste, no sois vuestros ni sois de nadie. Tontos. No vais a ningún lugar ni en ningún sentido.

ÁCRATAS no sois vosotros,
ÁCRATAS son quienes se abren cuando todos se encierran.

Quienes abren ventanas cuando los demás cierran todas las puertas.

martes, 17 de septiembre de 2013

Todo se pudre, cualquier rincón de esperanza ciega termina llena de gusanos en una esquina, abandonada, sin que nadie se acuerde de lo que fue.
Con las personas pasa lo mismo, pasan, se olvidan. Te enseñan algo y desaparecen, como un mal maestro, que se pira antes de ver los resultados de sus lecciones. Yo ya me he ido y no creo que vuelva. Creo que ya he impartido. No sé si me habré pasado de rosca, si debía o no dar clases sobre cosas que me vienen grandes, pero ya ves... nunca se me ha dado bien andar con otros pies.
Esto se pudre. Yo me pudro.
Las cuatro paredes de mis sesos empiezan a estar enmohecidas de tanta humedad, de tanto pensamiento saliendo por mi cuero cabelludo, sin airearse, chocándose contra el techo y muriendo de inutilidad, sin buscar más salidas.
Nada se mantiene,
 ni se sostiene,
 ni se asienta. 
Todo desaparece y tú...

La soledad es nuestra.

viernes, 13 de septiembre de 2013


Los desengaños de los engaños son los peores, porque la realidad no es tuya, ya estaba ahí antes y no está dispuesta a seguir un patrón impuesto. Las cosas son así, dicen. Y no dicen nada, porque nada de lo que digan será algo. Ni tú. Tú tampoco pintas nada.

Lo dulce es casi siempre lo más amargo y no paladeas, cierras los ojos y tragas.

Quieta.
Siempre en el mismo punto.
Sin moverte.
Sin balancear las mentiras demasiado, para que no se destapen.