viernes, 13 de junio de 2014

Entendido. Te doy el visto bueno. Y las gracias, las gracias ante todo.
Ya he lanzado muchas piedras y te pediría perdón por el golpe, pero te pusiste en medio. ¿O fui a dar?
Los pensamientos me huyen, se escapan, se esconden y el bombeo de algo desconocido está asustado por la falta de confirmación. Pero yo sí. Yo te lo doy. Hacemos bien. Al final, el rey de los tuertos es el que manda. Y el guiño es para ti.

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