domingo, 6 de mayo de 2018

No tengo tiempo de ir agazapada por las esquinas. Dicen que es mejor pedir que robar, pero siempre me tiembla la voz. Me canso enseguida de perseguir polillas. Ya he apagado esta luz. A ti te alumbraba y a mí me cegaba, disculpa que me posicione a favor del instinto de supervivencia. Me he quedado muchas cosas, pero las iré dejando por el camino para no perderme. Dicen que soy todo por dentro y nada sobrevive si no es con calor. Me descubrí estornudando y mi dignidad se negó, siempre con la manta a cuestas, pendiente de manterner encendido el fuego, que a ratitos se entristece, pero jamás se apaga. No tengo tiempo para esta ventisca ni ganas de cogerle miedo al invierno. Tú te quedas aquí, en este valle de incomprensión. Yo le haré caso a ese tipo borracho: "no tengo tiempo para las cosas que no tienen alma".