viernes, 31 de octubre de 2014

Cantos de canarios en jaulas de alfileres, no me salen palabras bonitas cuando pienso en estas plumas, que abrigan, pero pesan y no se elevan.

El deseo palpita fuerte; querer y no poder. O poder demasiado y por eso...

No me gusta mi orgullo, siempre exagerando los argumentos de mi remilgada rebeldía. Atenta; siempre atenta. Sin dejar pasar ningún rebaño.
Basta.
Basta.
Deja de pensar y ponte a bailar.

martes, 21 de octubre de 2014

Que el amor...
Que la caricatura inexistente de un tiempo inventado, que se siente y poco más. Que truena y poco más. Es el eco de la experiencia, el sonido de los pasos dados que adelantan un pie y luego otro.
La floritura de las tapas de los libros nunca dice lo que cuenta, cuanto más bonitas... no sé, mira, el cuero adorna demasiadas palabras, demasiados diálogos no dichos.

Lo no dicho. Cuánto dirá lo no dicho... la gesticulación de los silencios, los aspavientos de las pausas. Cuánta expresión en lo callado... y oye, el amor...

El amor siempre está ahí, en un rincón de lo que sabes y de lo que no. No se cansa. No se aburre. Quieto. Sabiendo lo que es y lo que se ha hecho con él, con muy mala leche. A muy malas.

Entiende mucho y sabe poco, al contrario que nosotros, que no paramos de abrir el pico y redondear los decimales del viento, de lo que fluye. De lo que debió ser y no fue.

Hay cosas que no se saben, que no se entienden, que no se respetan y que no se toleran. Hay cosas, llámalas sentimientos, que saben todo lo que no sabemos y que se mueren cuando intentamos explicarlas.



miércoles, 8 de octubre de 2014

Caminante, no hay camino para esta soledad inminente, de reflejos sociales que te engañan y te embelesan por un instante, susurrando "oye, que tú no estás sola" con tal convicción que las entrañas asienten, orgullosas, creyendo que lo han conseguido, que han encontrado su sitio y ya saben de dónde vienen y adónde van, pero sólo son vulnerable a las voces, como el resto.

Al final, todo es como el resto. El resto es como todo. No hay tantas diferencias entre una convicción y otra, todas se agarran a los ideales, al bulo del convencimiento. La verdad absoluta aparece como el agua en medio de un desierto, poética a la par que falsa.

Pero por el momento es bonito sentir la compañía de otro solitario, perdido, desesperado por encontrarse en el camino. Es egoístamente acogedor. Supongo que todo se mueve por los lazos en común, por el interés que nace de la igualdad de condiciones. Del ego absoluto que nos hace creer que crecemos cuando sólo nos estancamos.