Para mí, esta soledad es como tener unas alas preciosas,
enormes, pero llenas de alquitrán. Lo que debería ser ligero, pesa. Lo que
debería ser libertad, es una condena. Hablo de “esta” soledad. Hay otras que
vuelan muy bonito.
Me resulta curioso. Salgo y veo personas, pero siento prisa, ruido, invasión, frialdad.
Me junto y veo compañía, pero siento distancia. Me siento a distancia. Viviendo en contemplación, viendo la película
desde el sillón, sin permitirme ser protagonista. Sin darme cuenta de que el
aburrimiento del argumento es porque no estoy ejerciendo mi papel. Joder. Joder.
Grito mientras aprieto el acelerador. Veo el cartel de la salida, pero paso de
largo. Y, desde el retrovisor, se vuelve inaccesible. “Ya es tarde”, me repiten
mis demonios. Y el tiempo se convierte en el tipo de la soga, con un fin muy
claro. Ay, el drama, Mari Trini…
miércoles, 6 de diciembre de 2023
Alquitrán
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