sábado, 9 de mayo de 2015

Las risas tronaban dentro de esas cuatro paredes. El olor a alcohol se filtraba por cada una de las fosas nasales, que no respiraban. No respiraban.
Se ve que tenía gracia, pero ni oía risas ni veía a personas. Era como andar paseando por un mundo que no me pertenecía, entre risas enlatadas que me dolían en los tímpanos. Como bailar pisándose los pies con zapatos pequeños. Me sangraban los dedos y mis pies apuntaban hacia la salida, preparados para iniciar una carrera que nunca inicié. Aguanta. Aguanta. Aguanta. Debería ser para ti. Aguanta.

No hay comentarios:

Publicar un comentario