La vida son elecciones. Pero no elegí verte entre tanto humo, difuso como un fantasma que busca la luz y no para de tropezar con tantos muebles. Debería desamueblar. Hacer una mudanza. Vaciar de tanto peso innecesario ese conjunto tan raro de conexiones que tienen las cabezas.
No elegí conocerte, o a lo mejor sí. Puede que entre la oscuridad llegara a sentirme cómoda, quizá la luz que tanto buscaba me cegaba demasiado. No sé, oye, no encaja.
Las piezas del puzzle acaban de romperse, dadas de tanto doblar, de tanto adaptarse a un lugar que no es el suyo, que nunca lo ha sido. Se equivocaron de dibujo. De caja. De persona.
Las voces radiofónicas no paran de repetirlo una y otra vez. Y aquí hay demasiados trozos como para crear una decisión.
No hay comentarios:
Publicar un comentario