lunes, 14 de abril de 2014

 Huye. Escapa.

Hace tiempo descubrí que el misterio no existe. Es sólo una cortina de humo que tapa las vergüenzas de las entrañas humanas. La inseguridad, el deseo inherente de ser, de pertenecer.

No me creo nada de lo aparentemente interesante, porque el interés no se aparenta, no se finge, no se intenta. El interés nace, crece, se alimenta. El interés es. Y tú no eres.

No comprendo la necesidad de maquillajes plásticos, de disfraces ridículos con nombres incoherentes. Hay pocas cosas que me trago y mis pies lo saben; tropiezan cuando andan por tu camino.

Hay demasiado aire vacío detrás de tanto abrigo. Creí ver un fondo profundo, repleto de cosas por descubrir, pero el descubrimiento te ha descubierto y ya no hay nada que quiera saber. La careta ha suplantado tu verdadero rostro.

Corre. Lárgate.

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