viernes, 13 de septiembre de 2013


Los desengaños de los engaños son los peores, porque la realidad no es tuya, ya estaba ahí antes y no está dispuesta a seguir un patrón impuesto. Las cosas son así, dicen. Y no dicen nada, porque nada de lo que digan será algo. Ni tú. Tú tampoco pintas nada.

Lo dulce es casi siempre lo más amargo y no paladeas, cierras los ojos y tragas.

Quieta.
Siempre en el mismo punto.
Sin moverte.
Sin balancear las mentiras demasiado, para que no se destapen.

No hay comentarios:

Publicar un comentario