Volar es un capricho demasiado ambicioso. Un lujo que no es para ti. Hoy no. Hoy nada es para ti.
Hoy no hay libertad, ni ilusión, ni valor. Todo lo que hoy tienes, no lo has elegido tú. No es tuyo, ni lo será nunca.
Por eso pesa.
Y duele.
Por eso los hombros caídos y la mirada perdida.
Las vueltas de campana han sido inútiles y desastrosas. Te lo has dejado todo en el asfalto.
Y nadie lo ve.
Y nada lo nota.
Me gustaría que lloviera, que algo rompiera la rutina de este maldito purgatorio, que los truenos rompieran con todo. Con lo que fue y lo que ha sido. Con toda la mierda que bloquea mis pulmones.
Hoy no respiro y en cambio, míralo; sigue latiendo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario