Se alzan los paraguas para evitar la vida chocar contra sus cabezas y las huellas mojadas de su paso por este día. Corren, escapan, se cubren. Huyen de la falta de control, del desconcierto de no haberlo esperado. Paran sus planes, detienen sus vidas.
Los charcos en las calles reflejan las verdades, las prisas, las vueltas inesperadas.
Y yo me quedo quieta, sintiendo la lluvia resbalar por mis mejillas.
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