En la lejanía se escucha el silencio del tiempo, que marca las vidas inconexas de los latidos.
Nadie sabe de dónde vienes y dónde te has ido y el <<ring>> incesable de los despertadores no funciona. Siguen durmiendo, las mentes del pueblo. Las pestañas pegadas y los ojos quietos. Sin sueños.
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